Surcada por el pasado,
Perdida en el presente
Con un eterno novilunio en la cabeza,
Sin marea plateada en el futuro,
Sin brújula, sin bote, sin remo;
Con miedo, con pena, con ansias;
Perdida en una disociación,
Surcada por mera decisión.
La etiqueta solo en la ropa
Surcada por el pasado,
Perdida en el presente
Con un eterno novilunio en la cabeza,
Sin marea plateada en el futuro,
Sin brújula, sin bote, sin remo;
Con miedo, con pena, con ansias;
Perdida en una disociación,
Surcada por mera decisión.
Quisiera poder llorar por desamor, poner una balada antigua de despecho y que mi aliento y mis lágrimas se mezclen en la almohada, pero no, malgasté en amores vanos las fichas que tenía para activar esa atracción.
Prestando,
Lijando y pintando nuevas
Regalando,
Secando y barnizando
Olvidando y jamás pidiendo sean devueltas
Arte ajeno y completo
No dan créditos
Contemporáneo mix refaccionado
Inventario no sincero
No queda barniz,
Tiré sobre la mesa la pintura
Rebotaba en ella la ilusión que caía con amargura
Jurando y limpiando
Clausurando el taller,
No se fía
Memoriza la forma y color de mis tatuajes
Recuerda la posición de cada uno de mis lunares
También las cicatrices en mi muslo y rodillas
Cada línea, no las olvides por más que parezcan sencillas.
Porque complejo será identificarme
Pero si lo tienes claro incluso dividida podrás encontrarme
Que te baste con una fracción, por favor, deja de llorar
Vuélveme cenizas y con tu amor déjame volar.
Te voy a contar lo que es tedioso:
Escoger las palabras adecuadas
Contener los gestos – para nada lo mío –
Aguantar en las esquinas las lágrimas
Y fracasar con un parpadeo
¡Qué ritual para desgastante!
Pedir perdón no debería ser tan angustiante
Pero vale, para todo lo que te hago pasar
Todo a lo que te expongo cuando la niebla me atrapa
Cuando el ocaso se adelanta, justo después del alba
Te miro en lo que se siente eterno
Y es que sinceramente no sé cómo empezar
Odio la rutina, y por tanto, esta cita mensual
¿Te imaginas que nuestra agenda sea semanal?
No sabría ni por qué entonces me perdonarías
Me voy cansando de tu bondad y tu desidia
¡Parece que ni cuando te grito reaccionas!
Tu mirada ni siquiera barre la nada
Alma como rompecabezas y en cada suspiro se fracciona
¿Por qué te arrebataron el NO voluntario?
Bueno, basta, no tiene sentido mi petición
Esto es un bucle infinito, como partir el todo en tres
Cayeron las siete y no me percaté del monólogo, perfecto ensayo
Cerremos, tiñamos la escena de carmesí
Cancelemos la obra, estrenemos en mayo
Abril ya es tarde y el guión lo perdí
Con el puño multicolor y mis pedazos regados en el escenario
Ritual infinito, me anticipé, dale entonces que te veo el próximo mes
Para rememorar y potenciar nuestro perpetuo calvario
Confieso que para metriquear uso block de notas, extra infiel a mi estilo, el del celular, pero debo aclarar que es porque me da miedo cagarla y tener que rayar, sin embargo, por ser un día especial vamos a lanzar dardos. Ahí va:
Escribo sobre desamor
Desazón, desventura, pero con destreza
Porque ahí es donde la he clavado
Sin armadura, sin temor
Dando tumbos en laberinto, con torpeza
Reina sin corona he terminado
Ciega, con los ojos abiertos de par en par
Sentidos agudos, neuronas en reposo
El amor lo he presenciado
Arrasando cual tornado
Y te aferras, no te duele intentar
Cultivar en terreno rocoso
8/13/10/8/13/10
13/13/8/8/10/10
Si no salió,
perdón,
pero me gustó.
Hoy quiero líneas sin métrica
La libertad de desbordarme
Sacar la extensión de mi mente
Hoy quiero versos escasos de melodía
Nada pensado, que no se sienta rimbombante
Quiero espontaneidad, sol en la cara al mediodía
Limonada helada, júbilo ocasionarme
Tremendo respiro de la rutina, felicidad kilométrica
Fotos en sobres y un rollo revelado
Portal de bolsillo en un cajón olvidado
Entré a la habitación asimilando los veintisiete
Me encontré ilusión sin tanto dolor que el corazón apriete
Últimamente he leído en algunas redes sociales diferentes post relacionados a brindar ayuda, apoyo, ser empáticos con las personas ansiosas, como yo, claro. He leído que aparentemente saben todo sobre nuestra conducta, nuestras manías, nuestros síntomas y lo que significa. He visto vídeos relacionados al tema y cómo muchos de mis contactos los comparten, otros comentan, todos dicen ‘sí, te ayudo’, ‘sí, llámame, siempre estaré’ o el que más recuerdo ‘mi puerta está abierta si deseas hablar, aquí estoy’; porque como bien se sabe, la ansiedad muchas veces no viene sola, su pinky friend la depresiva expresiva depresión la ronda, se esconde y aparece cuando menos es esperada. Mensajes de prevención del suicidio, campañas, charlas de concientización, es un bombardeo total para poder ayudarnos, y me incluyo tristemente porque para mí en diferentes oportunidades ha sido la única opción para salir del laberinto enmarañado que cada vez anda más tupido por el creciente de mis miserias, y lo entiendo, entiendo que quieran ayudar y su desesperación por hacernos entender que hay otra manera, que hay más caminos, ¿realmente creen que no lo hemos pensado? No digo que esté mal que quieran ayudar o su preocupación, pero a veces las maneras no son las correctas y no lo ven, solo nos ven a nosotros, enfermos, débiles, sin voluntad y se van por los extremos, o nos tratan con pinzas porque no vaya a ser que nos rompamos, o nos instan a estar bien de una vez porque hay personas que lo tienen peor y no se ponen a llorar por todo, ‘ponte bien pues’. Ya, vale, que no sabía que tenía esa opción. Es complicado, es tedioso, es angustiante, es agotador, es muchas cosas. ¿Es que acaso por una sola vez pueden dejar de darme tanto discurso y solo abrazarme como si juntaran todas mis piezas para componerme?
– Oye, pero no sabíamos que tenías ‘eso’.
Ah, que ‘eso’ tiene nombre, y que omitas eso me hace sentir más aislado, más enfermo, más ahogado en el ‘no debo mostrar nada ni decir qué me pasa porque puede dar que hablar’. Y nuevamente lo digo e incluso me disculpo, porque si no es culpa de ustedes debe ser la mía, ¿no?, el no decirles nada, no contarles mi situación; no está mal que quieran lo mejor para nosotros, pero no intenten de un momento a otro querer «salvarnos» si nunca nos han soltado si quiera un ‘¿cómo estás?’ y no conformarse solo con un bien y desaparecer por meses.
Ella sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Pasada la medianoche cogió un tren con tantos vagones como sus dudas, pero con tantas paradas como su amor.